Bueno, ya está hecho, culminada la espera de más de tres años, desde que se anunciase el esperado retorno de Superman al universo cinematográfico en El Hombre de Acero (Man of Steel, Zack Snyder), tras la ligera Superman Returns, que siempre me pareció más un homenaje a las anteriores pelis del Supes y a Christopher Reeve, que una adaptación formal del septuagenario personaje de DC Comics.
Vaya por delante que soy un fan incondicional de Superman desde que tengo uso de razón (atesoro cientos de cómics, películas y series de tv como si me fuese en ello la vida) y, por tanto, lo que aquí se expresa es mi opinión, lejos de ser objetivo, aunque sí muy crítico, pues me crié con el personaje, prácticamente aprendí a leer gracias a él y le conozco un poquitín para saber, al menos, algo de lo que hablo.
Tras más de tres meses de ponerme pesadito por este blog y, sobre todo por mi perfil de facebook, con adelantos, trailers, posters, dibujos, visionado de películas y lecturas variadas, centradas en el héroe kryptoniano, el pasado viernes 21 de este mes de junio, en el que conmemoramos el 75 aniversario de Superman, excelentemente acompañado de un par de amigos, me dispuse a disfrutar del regreso de mi héroe favorito a la gran pantalla.
Dos horas y veinte minutos después, salí del cine, entre maravillado, crítico, estupefacto e ilusionado.
A partir de aquí, los siguientes párrafos pueden contener SPOILERS, así que si no quieres, no sigas leyendo. Intentaré que no sea así, pero no lo aseguro.
La película en general me gustó, aunque, la verdad, esperaba algo más. Toda esa polémica del traje de Superman sin calzones me pareció un pufo para desviar la atención, por si lo habéis olvidado, Batman también ha llevado calzones encima del traje y nadie se rasgó las vestiduras en cuanto dejó de hacerlo. A mí al principio me desconcertó un poco el traje nuevo del Supes, sobre todo esas filigranas laterales que recorren su torso y piernas, pero con cada visionado, me va gustando más, cierto es que la capa peca en exceso de larga y que terminaría pisándosela a la mínima ocasión. Y, sinceramente, prefiero este diseño, que el que le han aplicado tras la renovación del Universo DC.
Yo, de pequeño, me ponía una toalla a la espalda y emulaba a Superman.
¿A quién emulará el joven Clark Kent?
Pues eso, que con la película tengo sentimientos encontrados. Me gusta y me disgusta al mismo tiempo, espero que esta opinión sirva para aclararme la cabeza.
Comencemos por el principio, y eso es Krypton. Me parece un acierto que el inicio de la película presente a Lara Lor-Van en el paritorio dando a luz a Kal-El, antes que presentar el planeta en sí. El hecho de que sea un parto natural en vez de un hijo engendrado en las cámaras de gestación kryptonianas, está directamente sacado de la versión renovada que hizo John Byrne para los cómics. Eso le da la humanidad que necesita el personaje.
El Krypton de Man of Steel, difiere bastante estéticamente del presentado en Superman, The Movie, hace 35 años. Aquella película presentaba un mundo frío, muerto, estéril, en su planteamiento éstético, con kryptonianos etéreos que casi parecía fantasmas. Éste Krypton es caluroso, desértico, lleno de altas torres y tecnología avanzada, con cierta éstética steampunk y que me recuerda, en su diseño artístico, al empleado en el Barsoom de la reciente, y a reivindicar, John Carter, personaje inspirador del mismo Superman.
Nos presenta un mundo colapsado, al borde mismo de la destrucción, no solo como planeta, sino como sociedad. Los kryptonianos se rigen por un código genético que se les implanta al nacer y les indica cual será su futuro (esto también está en los cómics de Byrne). Como siempre, Jor-El, da cuentas al Consejo Científico sobre la destrucción del planeta, aunque esta vez es bastante menos optimista e indica que están todos perdidos. Entonces se presenta el General Zod y da un golpe de estado de opereta, dando la razón a Jor-El, quien le dice que así no se hacen las cosas. Tras la discusión, Jor-El huye a su casa, perseguido por Zod. Todo esto pasa demasiado rápido como para enterarte de que está ocurriendo, y entre la huida a fuego y sangre de Jor-El, va a las cámaras de gestación y coge una calavera, que encierra todo el saber de Krypton (¿referencia a Brainiac en Superman, The Animated Series o al Erradicador de los cómics?) y se la lleva para implantar todo ese conocimiento en el neonato Kal-El, meterle en una nave y enviarlo a la Tierra, momento en que llega Zod, que expresa de forma vehemente su disconformidad con las acciones de Jor-El. Al mismo tiempo que el golpe fracasa, Zod es juzgado, sentenciado con sus acólitos a la Zona Fantasma y Krypton destruido, con Lara mirando el horizonte lleno de erupciones volcánicas.
En general, lo dicho, ocurre todo muy rápido, pero Russell Crowe está espléndido, no es el Jor-El de Marlon Brando, más dado a la reflexión, sino que es acción pura, Gladiator del Espacio.
Aquí llega, en mi opinión, un pequeño error narrativo que da un salto sin sentido en la peli. Al llegar la nave de Kal-El a la Tierra, pasa por una casa, suponemos que la de los Kent, y de ahí en una elipsis brutal al barco pesquero donde un adulto Clark Kent faena. Creo que ha sido un error no presentar a los Kent, aunque fuese lo típico, pasando con el coche y ver la nave de Superman estrellarse, pero bueno, yo no soy director de Hollywood.
A todo esto decir, que por ahora solo he visto la peli una vez y habrá cosas que se me escapen.
A partir de aquí hay un juego entre el presente de Clark Kent con trabajos basura, eludiendo los conflictos y el pasado a través de flash-backs que nos presenta al pequeño Clark, criado por sus padres, los Kent.
Sinceramente, no me gusta la visión que han planteado en la relación de Jonathan y Martha Kent con el pequeño Clark. Sobre todo la figura paterna, encarnada por Kevin Costner, más preocupado en ocultar la identidad y los poderes de Superman ante el mundo que en insuflarle valores morales y las fuertes convicciones de las que ha hecho siempre gala el personaje. Siempre he dicho que la diferencia entre Superman y otros superhéroes, es precisamente esa. Spider-Man lo hace por culpabilidad tras la muerte se su tío Ben, Batman es pura venganza y carne de psiquiátrico, pero Superman lo hace porque así se lo inculcaron.
Aquí nos presenta a un pequeño Clark miedoso en su relación con los demás y a la hora de descubrir sus poderes, poco menos que autista, que lloriquea y huye a la mínima ocasión. Esa es una educación basada en el miedo, al qué dirán, a las apariencias, en vez de enseñarle a controlar y usar sus poderes en beneficio de la colectividad, con la lógica prudencia que conlleva. Tanto en los cómics de la etapa post-Bryne como en la serie Smallville, nos muestra a un pequeño Clark aún sin superpoderes, se cae, se hiere, bueno, a lo mejor no lo mismo que otros niños, pero es humano y se relaciona perfectamente con su entorno. Los poderes comienzan a aparecer en la pubertad, cuando pasa de niño a hombre.
En este instante llega el momento decisivo que convierte a Clark Kent en hombre y le determina su curso de acción futura. La muerte de su padre adoptivo. Tanto en los cómics como en las películas y series previas de Superman, nos presenta la muerte de Jonathan Kent mediante un infarto cardíaco, algo que hace que Clark sea consciente de lo débil que es la humanidad y sobre todo, que no todo en este mundo se puede solucionar. Pues esto, en la película se lo han pasado por el forro, y en una escena de lo más surrealista, con un tornado que amenaza una transitada carretera de Smallville, la gente sale de los coches y huye despavorida a refugiarse bajo un puente. Los Kent y Clark salen del coche también huyendo, pero el bueno de Jonathan se da cuenta que se ha olvidado el perro y vuelve a por él. En ese momento, el tornado llega a su altura, se rompe una pierna intentando salvar al chucho y, cuando Clark va a ayudar a su padre, éste le hace un gesto con la mano indicando que no lo haga, o la gente sabrá quien es, y se lo lleva el tornado en una escena cargada, eso si, de ternura paterno-filial, con la apabullante música de Hans Zimmer de fondo. Todo esto tras haberle echado la bronca por salvar un autobús lleno de alumnos, algunos de los cuales, concretamente unos muy mal perfilados Lana Lang y Pete Ross, ven lo que ha hecho Clark y se lo echan en cara de sus padres. Así comprendo que Jonathan le diga a Clark que debía haberlos dejado morir, de desagradecidos esta el mundo lleno, hijo.
Perry ¿White? y Lois Lane... o Lana Lang, aún no estoy muy seguro.
A partir de aquí pasamos a la etapa adulta de Superman, que tambien va como el rayo. Me ha dado la sensación que en esta película han querido contar tantas cosas que no han sabido ordenarlas o ponerlas de un modo coherente. La aparición de la Fortaleza de la Soledad, que en esta ocasión, y eso sí me ha gustado, es una nave espacial kryptoniana llegada a la Tierra hace 20.000 años como avanzadilla (creo que sacado de la serie Smallville, donde también trataban un argumento similar), y que luego, sin venir a cuento ni decir porqué, dejaron abandonada, junto a sus tripulantes, ahora esqueletos. Para saber que ocurrió con esta tripulación, recomiendo Man of Steel, the prequel, un cómic donde se explica mejor la historia de esta nave y el descubrimiento de la misma por parte del ejercito americano.
En estas que hay un campamento del ejército USA, en el norte de Canadá, estudiando el hallazgo de tan insólita nave, aparece por allí Lois Lane, que va a cubrir la noticia, a pesar de ser secreto militar. Y el encargado de llevarle el equipaje es, ni más ni menos, que Clark Kent, cuyos devaneos laborales le llevan por aquellas latitudes. Kent ha sentido la presencia de la nave, o simple curiosidad morbosa, y por la noche se adentra en el interior de la misma. que está enterrada bajo toneladas de hielo. Lois lo ve escabullirse y va tras él. Allí se presenta un holograma de Jor-El cuando Clark activa la nave con el pendrive que le legó su padre. Éste, le cuenta sus origenes y todo lo que ha pasado es su planeta, en plan Marlon Brando, pero con menos tiempo para dar lecciones. Al tiempo que salva a Lois de un robot con muy malas pulgas.
A partir de aquí, la peli se convierte en un carrusel. Las escenas se suceden muy rápidamente, de nuevo. Aparecen los kryptonianos del general Zod, llamados por la nave, que fueron liberados de la Zona Fantasma por la explosión de Krypton, con lo cual, tuvieron una condena de tan sólo dos horas. Lois investiga quien es el misterioso personaje que le ha salvado y se ha llevado la nave y su corazón, y sí, descubre que Clark Kent, es Superman con increible facilidad. El general Zod amenaza a la humanidad con acabar con ella si no se entrega Superman, que nadie en el mundo sabe quién diablos es. Kal-El se ofrece al ejército, se entrega y Zod se le ocurre la genial idea de recrear Krypton en la Tierra (algo visto en los cómics en la saga del Erradicador), y claro como diría La Cosa, es la hora de las tortas. Una hora y pico de acción incesante y descomunal, con Superman partiéndose la pana con los kryptonianos de Zod y destruyendo Smallville y media Metrópolis por medio. El cine actual está mas preocupado por mostrar destrucción masiva de edificios que en preguntarse que pasa con la gente que hay dentro de ellos. Vista la magnitud de la destrucción que se produce en las escenas de Smallville y Metrópolis, cabe preguntarse, si alguien, aparte de los protas, se salvó. Superman siempre se ha definido por la excesiva sobreprotección que da a cualquier vida humana, algo que aquí se obvia en aras de una batalla a puñetazo limpio y supervelocidad.
El general Zod, mucha armadura, pero con el cuello al descubierto.
Y el final, tan polémico para quien cree conocer al personaje, pero que los que sí le conocemos ya hemos visto esta resolución en Superman II, aunque de una forma más elegante y, bien pensado, también más cruel, ya que Zod no suponía una amenaza al convertirse en humano. También en los cómics se da esta solución final, pero las consecuencias para Superman son mayores, ya que enloquece y desarrolla una violenta doble personalidad.
En fin. una película que se disfruta pero que se intuye con planteamientos rápidamente resueltos a fin de mostrar lo que la gente espera del cine de entretenimiento actual, dos horas de acción a raudales y destrucción gratuita que nos presenta a un Superman del nuevo siglo, más preocupado por si mismo que por la integridad de los demás. Vuelvo a remarcar que apenas se le ve salvar gente, le falta alguna escena en la que empatice con la población civil y le haga un símbolo de esperanza, de todo lo bueno que hay en nosotros, que al levantar la mirada digan, ¿es un pájaro?, es un avión?, no, es Superman. La presentación ante la Tierra al mismo tiempo que Zod y sus secuaces, hacen que puedan tomarle igualmente por invasor. Al menos en Superman Returns, cuando caían cristales de los edificios los fundía con su visión calorífica para que no dañasen a nadie, aquí caen edificios enteros, llenos de gente y Superman sigue a hostias con los kryptonianos. Esperemos que en Man of Tomorrow (el título es una idea mía, siguiendo la estela del actual) perfilen los fallos y los aficionados a Superman tengamos nuestro Caballero Oscuro.
Estoy seguro que en un segundo visionado, con más detenimiento y detalle, disfrutaré mas y veré cosas que se me pueden haber pasado.
Un excelente estudio y análisis de la peli. Me pasa lo mismo que a tí con la impresión de la peli. Buena y mala a la vez. Lo del pendrive... ahí te has salido, muy bueno.
ResponderEliminarLa muerte de Jonathan Kent, la gran cagada de la pelicula, al igual que constantemente le esté cortando la alas a Supes y le diga que no se muestre ante el mundo. ¿como le puede decir que tenía que haber dejado morir a los del Bus??? No me lo puedo creer. También de acuerdo con lo de la "acción excesiva". A mí me acabaron mareando y no contaban nada en ocasiones. Solo me quedo con la pelea frente a los dos secuaces de Zod. La mala-malísima lo hace genial. Gladiator tambien lo hace bien pero eché en falta mas parte filosófica.
Que la historia se cuente en flashbacks no me disgusta, sino hibiese sido demasiado parecida a Superman I. La parte de Kripton, es fascinante. Pero que Zod esté encerrado tan poco tiempo, quita parte del encanto de que esté encabronado con la famila EL.
El traje no me gusta, la capa muy larga, y vuela superforzado, como si le costase un esfuerzo tremendo tener que hacerlo. Por momentos creía estar viendo al Supes original de Shuster y Siegel, que solo daba saltitos.
Lois se salva por los pelos, cuando la presentaron en la primera escena temí lo peor.
Lo de Perry White no tiene nombre. ¿poqué se empeñana en cambiar de color a los personajes, como a Nick Furia?
Otra cosa que veo a posteriori es el toque "gentleman" que tiene el actor, tan británico... muy estirado, tan correcto. A veces parece que ni gesticula.
Y aunque la estamos poniendo a parir, sí es cierto que se trata de una buena película, como pasó en su día con Conan de Chuache, pero que no acaba de convencer a los aficionados, por las libertades que se toman los guionistas con ellos.
Sí, puede parecer que la he puesto a parir, según se lee la entrada, pero lo cierto es que a los que nos hemos empapado del personaje durante años llenos de cómics, series de televisión y películas, detectamos rápidamente las referencias que se hacen y el modo en que lo han contado, teniendo nuestra opinión al respecto. Supongo que yendo virgen a ver la peli, se plantea espectacular, porque la verdad es que lo es. Una actualización del mito de Superman para el público actual, que conoce conceptos universales del personaje pero sin ahondar más.
EliminarFaora me parece brillantísima, una digna secuaz de Zod, muy por encima de la Ursa de Superman II. Una mala, malísima que está buenísima. Cegada por su devoción incondicional hacia Zod.
Lo de los flash-back también me parece bien pero no el modo en que están resueltos algunos de ellos, sobre todo ese primer corte de la llegada de Superman a la Tierra y el paso al pesquero.
Tampoco me molesta mucho el hecho de que Perry White sea negro, ese tipo de libertades en personajes secudarios lo puedo tolerar, al igual que Steve Lombard, que aquí se presenta como asistente de Perry y en los cómics es un guaperas que chulea a Lois y bordea con Clark.
Lo del toque estirado inglés, no se si es por la flema británica de Cavill o por interpretación del personaje, que ya he dicho, me parece un tanto frío y alejado en su relación con la población civil.
En definitiva, creo que tengo que verla otra vez para analizar mejor lo que ocurre.
Me he venido directamente a los comentarios sin leer nada trascendental, muy por encima, de tu reseña.
ResponderEliminarLa verdad es que solo quería comentarte mi visión de Superman en Cáceres: Era un joven anchote y con perilla, y camiseta son una 'S' en el pecho, que se dejaba caer de vez en cuando por Plan B. Y que a la vez tenía un alter-ego de personaje de cómic superpoderoso (cómo se llamaba?) cuyas aventuras trascurrían en Cáceres...
Jajaja, que tiempos los de Plan B... ya ni me acordaba de esos cómics, de hecho, no tengo ningun ejemplar de las copias que sacamos, dentro de una colección de fanzines monográficos dedicados a varios autores de nuestra ciudad. La verdad es que el personaje en sí no tenía nombre superheróico ni nada, la serie, de la que salieron tres números, se llamaba "Mi doble personalidad", y era una especie de slice of life en plan teen movie pero con superhéroe, como luego hicieron en Smallville, por ejemplo, ya que el supertipo de marras no llevaba ningun traje identificativo, creo recordar que solo una máscara... Ja, que recuerdos.
Eliminar¿No se llamaba Super Bravo? Jaja. Además iba a cara descubierta después de hacer botellón.
EliminarAh, "El Hombre de Acero" obra maestra, la mejor película de invasión alienígena de los últimos tiempos. Lo peor, ir al cine a verla (butacas incómodas, aire acondicionado a tope, gente entrando 15 minutos tarde) y darme cuenta que está doblada al castellano!!
Quita quita... Super Bravo era una revista teen para adolescentes hiperhormonados.
EliminarEn cuanto a MoS, para qué necesitas una flota alienígena invasora si con una decena de kryptonianos ya lo tienes hecho.